¿Debo decir
que cuando muere un niño
los cielos
baten alas o que sueñan
porcelanas las
gotas de rocío?
No lo voy a
decir porque ya dije
suficientes sandeces.
Lo que
ocurre es que alguien
con los ojos
apenas estrenados
se ha
asomado un instante a la ventana
y al sentir
tanto frío,
tanto musgo
adherido a las paredes,
tantas horas
de escarcha, tanto viento
silbando
melodías de rutina
decide
renunciar a este paisaje y le entrega a noche
definitivamente
la mirada.
Poemario LOS PASOS QUE HEMOS DADO (2005)
XII Premio
de Poesía Encina de la Cañada
No hay comentarios:
Publicar un comentario