jueves, 26 de agosto de 2021

Últimamente pienso mucho en cómo

 




Últimamente pienso mucho en cómo

se podría morir sin ser cadáver, cómo hacer
que el cuerpo de cintura para arriba no cultive pecados capitales
y que el resto
se limite a ser puerta del jardín donde rieguen sus cactus los políticos.

No he venido a este mundo para hacerme la foto con los ídolos
tribales de la sangre, no he nacido muñeco sexual
ni me seduce
ser plancton del desierto y aborrezco
los gobiernos mundiales, las ciudades inmensas,
los inviernos en cruz y cualquier mito
llamado monarquía,
quiero tener las mismas fronteras que las cosas,
sufrir sus mismos límites sabiendo
que la felicidad es una decisión que nadie toma por otro.

¿Pero cómo vivir y al mismo tiempo saberse uno cadáver,
respirar sin ser visto,
amar sin ser amado, ser nada y transparente, rendirse,
ser pradera sin árboles, contener el aliento
y entregar a las nubes el esperma?

A nadie como a mí se le ha negado tantas veces septiembre,
a nadie como a mí le ha sido dado
sincronizar las piedras y los bosques, por lo tanto
me veis acompañado y estoy solo, llamo a Dios
y un montón de pirómanos destruye la casa de los pájaros,
como veis
no es difícil vivir y no tener percepciones de estar vivo.

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