y toda tú eras luz,
pero hacia adentro,
incandescencia interna de quien sabe que lleva
un dolor a madera entre las manos.
También hay quien se muere por los ojos y tú has sido
todo un invernadero desplomándose,
todo un temblor de acacias y el quietismo
del verdor de los arces.
Yo te he visto llegar cuando aún no estaban
abiertas las bañeras turcas a la humedad de tu vientre
en el instante mismo en que tu cuerpo
descubría la noche de imperdibles
y vendarse los ojos eran simples cuidados paliativos.
Aún ahora,
cuando el mar pesa mucho más que el viento
y hay montañas errantes que pernoctan en la nieve del mundo,
aún ahora tú tienes
la emoción de la lluvia en la mirada
y el crujir de la tierra
y amarte es un verano que acontece en tu cuerpo
cada vez más deprisa.
Poemario Un olor a jardines descuidados (2009)
XI Premio Internacional de Poesía Luis Feria
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