No
me ocurre absolutamente nada,
ni
siquiera
me
estás doliendo tú y eso que tienes el alma
con
tacones de aguja,
ni
me duele
que
te vuelvas anónima,
que
hipoteques
los
verbos de tu piel si te acaricio,
ni
el que mientas
metáforas
de orgasmos trasatlánticos,
hace
tiempo que sé de los atajos que llevan a tu nombre
y
que tienes aroma tailandés en los muslos,
hace
siglos que sufro depresiones y me juego el orgullo
en
partidas de póker clandestinas,
pero
nada me aflige, y si me escuchas
llorar
estoy fingiendo,
me
simulo
capaz
de suicidarme una mañana colgado en tus tobillos
y
es mentira,
me
disfrazo de ateo,
de
mendigo de lujo, de rasguño de fresa y lo que estoy
es
haciendo que tú no me descartes de ti.
Grandioso como siempre el poeta, a veces...he de llegar a leer tus versos por la admiración que despiertas en ellos
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