Ahora
que
no hay nadie al teléfono y se han ido
todos
los invitados,
ahora
que
está fría la cena,
es
más noche la noche y al mirarnos a oscuras
nos
podemos palpar las cicatrices,
ahora
vamos a hablar,
ahora
vamos a hablar como si sólo
tuviéramos
una
página
en blanco que poder rellenar sin hacer tachaduras.
Tú
eliges el paisaje,
deletreas
el cauce de los ríos y dices cuáles son
los
mares navegables, ya sé que es peligroso
arrimar
a las brasas dolores que no duelen
y
no es sano
desenterrar
cadáveres para airear sus huesos,
pero
algo habrá que hacer
y
es el momento
de
que al vernos desnudos no sintamos
hormigas
en las ingles,
de
que escuches llover y no parezcan
estos
olmos murmullos.
Ojalá
consigamos
hablar y yo pronuncie
tu
nombre sin mancharme.
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