Aún me queda un pedazo de noche entre las manos
pero el aire es azul,
tan limpiamente azul que ahora me sabe
a claridad de espliego la mañana.
No me quedan excusas para hablar
de batallas perdidas, de caminos
no andados, de ciudades
donde a Dios se le inventa cada tarde
ni me quedan pretextos para hacer
funerales sin muertos.
Y aunque cruce las calles sin pararme
a mirar el color de los semáforos,
aunque os oiga llegar y no os salude
y aparezca una esquela en los periódicos
con mi nombre en cirílico,
sabed que sigo aquí, a medio estar,
a medio desistir,
y que a escondidas
rubrico con el nombre que tuve algunos versos,
y a escondidas también
modelo con mis manos,
las que fueron mis manos, en el aire
el contorno invisible de algún beso.
009
.
Vuelvo a gozar de tus versos maestro, de ellos aprenderé siempre y desde el otro lado espero que veas como te recordamos Vicente,que llegue un abrazo hasta allí
ResponderEliminar