viernes, 27 de julio de 2012

Soy arroyo, me dije,



Soy arroyo, me dije,
y descubrí en los ojos de mis ojos
la claridad que apunta hacia los mares.


Soy arroyo, te dije,
y tu mirada
se estaba haciendo azul, como si nadie
le frenara a afrontar los arrecifes
que sabe entre el crepúsculo y el alba.

Soy arroyo, me dije,

soy arroyo, dijiste, nos dijimos
y en aguas no mentidas se juntaron
tu voz y mi palabra, mi silencio
y el timbal clamoroso de tus labios,
y en el lento periplo que emprendimos
entre el mar y los sauces nos nacieron
atardeceres nuevos en las manos.



Poemario "De silencios fingidos" 

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