jueves, 26 de julio de 2012

Para ti, que no tienes quien te envíe

Para ti, que no tienes quien te envíe
una carta de amor y ya no esperas,
sentado en el andén de tus arritmias,
ver pasar a los trenes de largo recorrido,
para ti,
escribo este poema y te aseguro
que un corazón, al menos,
late al mismo compás que late el tuyo.
Para ti, que olvidaste en los pasillos
de una sala de espera qué colores
refleja el arcoiris o qué arpegios
se escuchan cada tarde en la alameda,
para ti,
escribo este poema y te prometo
dibujarte mañana en un papel
de color de tus ojos las montañas,
el verdor de los valles, el silbido
del viento entres los sauces y el clamor
-en pentagramas de agua-
de todos los sequeros y humedales.
Para ti que no hallaste la ocasión
de gozar de una lágrima,
de llorar por la fruta de unos labios
que eran risa detrás de tu ventana,
para ti,
también son estos versos: sólo puedo
invocar a la lluvia por tus ojos
o implorar por tu boca a los manzanos.
Para ti que no esperas, porque un fuego
ha arrasado el trigal de las promesas,
para ti que no tienes confianza,
para ti que no crees en la utopía
que no sueñas quimeras ni pretendes
rebasar las fronteras que marcaron
los dioses diminutos de la tierra,
para ti,
que sé que eres rebelde,
que sé que te sublevan los relojes
que cuentan los minutos en esferas
de cansina rutina,
para ti…
no te basta un poema, y sólo puedo
decirte: amigo mío,
cuando falla el teorema y no concluye
de ninguna manera el silogismo,
cuando queda la nada y en la nada
te miras y eres tú,
detrás de esa mirada, te aseguro…,
sólo puede estar Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario