Cuando ya no te quede sino un trozo de lluvia en una mano
y en la otra
las cenizas que fueron de algún sueño,
cuando notes que el viento se detiene y hace frío en la casa
y después de una noche en que no hay luna
y has violado el mercurio de todos los termómetros
ni una canción ni un pájaro
consigan despertarte plenamente
sonríe,
has cruzado el umbral y estás a punto
de entender que en la vida casi nada
te mereció la pena.
Poesía Pura
12 02 10
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