Bajo un metro de tierra descansaré algún día
y allí, seguramente,
me encontrará la lluvia y abrazará mis huesos
y crecerá la hierba
y escucharé a los grillos
y dormiré rezando esa oración que dicen cuando se encrespa el viento
los álamos temblones.
Entenderéis con ello
que me hiciera poeta y me empeñara en cantar
a las cosas pequeñas
por qué os digo que escucho en la mesilla de noche
festivales de arcilla,
por qué os hablo
del rumor de la lluvia y del pudor con que miro
cada brizna de hierba
entenderéis, seguro,
que el paisaje que os pinto sea de encinas y robles,
que prefiera un hotel donde se escuche a las grillas
y aparezca
con bolitas de anís en los bolsillos
cuando se irrita el aire.
Poesía Pura, 04 06 11
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