Un iluso integral

Yo fui, como los hijos nacidos de una madre infecunda,
un iluso integral,
un fervoroso
promotor y arquitecto de ciudades utópicas,
pero sólo una sombra se bastó para darle cobijo a mi ignorancia
y elevó las paredes al albur de tibiezas y arrayanes.

¿Qué fue de las banderas que ondeaban
al paso de los trenes?

Han llegado las nieves
y estos restos son todo lo que queda de ayer,
ladrillos desconchados, escayolas rajadas, travesaños partidos
y un paisaje de umbrías
habitado por nadie,
lo demás
ni siquiera subsiste más allá de las ruinas.

En vano busca el sol donde sumar
destellos moribundos,
la memoria
no tiene donde asirse y han perdido
los recuerdos su origen.

Recogí cuanto pude,
muebles,
polvo,
muñecos de cartón, aires de junio
y ahora duermo y por momentos respiro a las afueras de mí.


Poesía Pura,  07 05 11


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