Pedimos de beber agua de fresas y licor de café

Pedimos de beber agua de fresas y licor de café
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Acudir a una cita, cuando menos,
requiere una liturgia,
sobre todo
si se trata de alguien a quien tienes muchísimo respeto
y es la primera vez.

Un amigo común se había encargado
de fijar el encuentro,
una tarde de lunes y a las diez en la terraza
de un bar de carretera;
ella iría de oscuro y llevaría
un bolso de Louis Vuiton,
yo de traje marrón y una corbata de fieltro.

Por supuesto que tuve la elegancia de llegar un poco antes
y ella fue puntual,
me levanté
y le ofrecí mi mano,
luego dije mi nombre y ella hizo lo propio:
-Soy la muerte- exclamó
y nos sentamos.

Pedimos de beber agua de fresas y licor de café,
charlamos
y charlamos
y me dio la impresión de que era alguien
a quien yo conociera desde toda la vida.


Poesía Pura
03 05 11


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