¿Qué dioses nos protegen

¿Qué dioses nos protegen,
qué princesas vikingas tuvieron que morir envenenadas,
qué elíptico fluir,
qué profecía
se tuvo que incumplir para llegar
a esta especie de torre de Pisa que es el cuerpo?
Seguramente somos unos cuantos pitufos que no encuentran
acomodo en el bosque,
acaso los desechos de un ángel anterior que solamente
percibieran el mundo a través de los tejados
y vivieran al filo
de la hipócrita luz de una farola.

Lo nuestro ni siquiera es un torpe laberinto en que jugar a las chapas,
lo nuestro es como es un verso contado con un fondo
de Tchaikowsky en la radio,
un rumor de nogales
o el crujir de un audífono que avisa el color rojo
del próximo semáforo.

Si tuviéramos un poco de vergüenza y arrojáramos sinónimos y lastres
quizás nos despertáramos un día,
con la verdad a medias, contando los latidos
de un corazón anfibio que ahora viene
flotando a la deriva.



.
268