jueves, 15 de abril de 2010
Hay algo que me hiela la sangre cuando cruzo
Hay algo que me hiela la sangre cuando cruzo
las calles en que fui, hasta ayer mismo,
el primer vagabundo de mi vida,
el niño sin zapatos
que ahuyentaba a las liebres y se hacía querer de los más necios
criadores de grillos.
Y es que llevo clavadas en la frente las prisas de haber hecho
poemas con los ríos, me he tomado
marihuana en centímetros cuadrados cuando nadie
me daba explicaciones
y es posible
que si miro a la izquierda sigan llenos de bicis los garajes
y al doblar cada esquina se conviertan
las nubes en metáfora.
Nunca pude comprarme los sonetos de Shakespeare porque nunca
tuve un padre romántico o una novia
sucinta de caderas,
a los chicos de entonces nos gustaban las flores de estraperlo
y el fado portugués
y era imposible
ser más ricos con menos ni más altos
sin alzas en los pies y sin padrinos indianos.
Poesía Pura
15 04 10
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