Apenas tengo tiempo que no sea
para decirte cosas al oído,
apenas tengo voz
y entre mis muslos
hay palabras que quieren vestirse en otro idioma,
donde el amanecer no sea cripta
de un perfecto futuro.
Mis manos ya no tienen capacidad de asombro
y la memoria
no conserva el temblor de los abrazos.
No nos queda
ni el don de repetirnos.
Tus versos únicos e irrepetibles Vicente, gracias te llegue allá donde estas maestro
ResponderEliminar