miércoles, 11 de agosto de 2010

A los que habéis venido conmigo recorriendo


A los que habéis venido conmigo recorriendo
estos viejos caminos borrados por la edad,
a quienes fuisteis nieves de un antiguo glaciar y me llenasteis
las alcobas de nietos,
a vosotros
no os puedo defraudar,
creo en las cosas
más allá de las cosas y a los hombres
los aprecio en aquellas ternuras que no fueron.
Ya sé que hemos vivido madrugadas muy nuevas,
que habitamos al sur donde la lluvia
era una dama extraña,
que fuimos a enterrar nuestros silencios en otros continentes
y no hemos regresado aún del todo, ya sé
que en ese ir y venir sin que las noches
pusieran un motivo de luz en las ventanas
no fue todo aire limpio
y hubo veces
que aceptamos consignas que llevaban
implícitas derrotas o velados
gestos de felonía.
Ahora estamos aquí, sobre esta isla
de barandales ocres contemplando
un velero a lo lejos
y unas garzas de espuma que no son
certidumbre siquiera, sino un modo
de decirnos que todo ,
-la quietud pertinaz de las abejas,
la pereza del barro o el dolor
inglés de la madera-
viene del horizonte y es paisaje
de una secuencia bíblica.
Y seguimos aquí, como a caballo
de las más altas copas de los árboles,
quizás sin importarnos
o quizás
solamente por eso y a sabiendas
de que cerca de aquí, detrás de los arbustos,
se esconden las estancias de los pájaros y el río en que se lloran
las lágrimas inútiles.
Pero fijaros bien, no quiero
que ninguno confunda estas piedras que veis y estos escombros
con la infancia arrasada de algún monje
o con las ruinas
de una antigua metrópoli.
todo esto soy yo
y esto queda de mí.


241

1 comentario:

  1. Llego de nuevo a leer tus versos, por mucho tiempo que pase sigo extrañado al maestro con el que tantos versos compartíamos en pura...que suba mi felicitación y abrazo

    ResponderEliminar