sábado, 20 de febrero de 2010

Ni tú ni yo debiéramos sentirnos acabados...



Ni tú ni yo
debiéramos sentirnos acabados, mañana
pudiera ser el día más hermoso de toda nuestra vida,
el día en que el latido de un ángel impaciente
recorra enteramente nuestras manos.
Porque debes saber
que un instante después que el sol se dé la vuelta
volverán a llenarse de torres amarillas las ciudades
y no sabrás quien soy
ni por qué vine
a compartir contigo el paraíso de los soldados muertos.
No debe parecer que los aljibes se han quedado vacíos
ni que llegan los trenes cada noche con fríos de retraso,
tú y yo pesamos más si estamos juntos,
más lejos de los polos,
abrazados
a las ramas más altas de un bosque interminable,
tú y yo hemos aprendido que los ojos se valen
a solas con su cuerpo,
que el dolor y las lágrimas son dones evitables,
que es bueno que se vistan de blanco los inviernos,
que olvidar quienes somos nos convierte en extraños,
que habremos de morir
sin haber muerto.


Poemario No me pidas que cante cuando vengas (2009)
PREMIO FRAY LUIS DE LEÓN 2008 DE CREACIÓN LITERARIA.

De "Será tan de mañana como tu piel desnuda"
XII Premio de Poesía ELADIO CABAÑERO

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