sábado, 13 de febrero de 2010

HASTA EL DOLOR ESCOGE SUS CIUDADES


Para ver si aún respiro me apunto a otro dolor,
pero resulta
que con tantos maullidos he aprendido a vivir
con anestesia local y lo que encuentro
son penas caducadas y sayones
que han perdido las llaves,
para ver si aún existo busco a un héroe con las gafas de espuma,
me asomo a las murallas,
pregunto a los notarios
y no encuentro mi estirpe en los colores de una falda escocesa.


¿Será que no hay licencia para amores eclécticos?


O te pegas un tiro o consientes que sean otros quienes firmen por ti
tu propia redención.


Hasta el dolor, amigo, escoge sus ciudades,
revisa sus asedios
y te dice
qué batallas son suyas y en qué manos se desangra una rosa.


No importa,
nada importa al final si lo que intentas
es saber por qué llevas a mano un rencor que te escuece
o si esperas
que alguien venga a decirte muérete de una vez,
porque da igual,
recuerda
que también eres sordo y has perdido el respeto a los patíbulos.


 13 02 10 Poesía Pura

663 

No hay comentarios:

Publicar un comentario