miércoles, 20 de enero de 2010

Yo amé las largas noches de noviembre...

Yo amé las largas noches de noviembre
y el sueño de los árboles
y amé el silencio azul de los barbechos
y el canto de las grullas
porque supe
que detrás del azogue del espejo
me esperaban tus ojos.

Yo amé las apretadas carnes de las muchachas
y la humedad intacta de sus senos
y amé su risa atónita y su sexo
de gasa impenetrable,
amé las escarpadas cumbres de las montañas,
sus muslos invisibles,
amé los corredores más inhóspitos,
las calas más agrestes
y los barcos del alba
porque en ellos
navegaba hasta el fondo de tus ojos.

Y ahora cuando no quedan
más noches de noviembre ni persigo
más sueños que vivir
amo esta soledad y este murmullo
vacío de la luz
porque te tengo.

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