Hoy el día no está para difuntos...

Hoy el día no está para difuntos,
me levanté y había
restos de risotadas hablando en mil dialectos
entre el Sena y la alcoba.
Un sueño no es de nadie, lo he leído,
y si hay alguien que sueña, de algún modo,
su sueño es progresivo,
siempre hay
un sueño que va dentro de otro sueño cual si fueran
muñecas moscovitas.
Nunca he estado en París, pero he soñado
los andenes del Sena y los susurros
nocturnos de Pigalle,
he escuchado
al sol en la colina de Montmartre
y el latir de los pechos enormes de B.B.
Y he soñado por ti, yo te llevaba
oculto entre mis párpados lo mismo
que se esconde en las líneas de este texto
la voz con que te hablo.

Hoy el día no está para otra cosa
que no sea
seguir soñando juntos.

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