De verdad que lo siento,
hemos vivido
tanto tiempo en versión original
subtitulada,
que ahora mismo
se me cierran las manos si descubro
una mínima voz que me dé cuerpo.
Tú
hablabas un idioma de ciudades azules
y yo andaba en tus labios
como un trozo de abril que a media noche
se hospedara en el sol.
Yo quería ser aire y tu cometa,
yo cometa y tú aire,
pero siempre
nos pesaban las venas demasiado,
siempre estábamos presos del mármol de los zócalos
y el cielo terminaba en la cornisa
de arena de tus párpados.
Aquí, en este país, no se respiran
vientos de porcelana
ni se encienden a mano las estrellas,
aquí silban los álamos
cada vez que peligra la luz de las palomas.
Dime,
si no es posible amar fuera del tiempo
y el tiempo, como el mar, es invencible,
¿qué nos queda si han muerto esta mañana
antes de clarear
los ruiseñores?
hemos vivido
tanto tiempo en versión original
subtitulada,
que ahora mismo
se me cierran las manos si descubro
una mínima voz que me dé cuerpo.
Tú
hablabas un idioma de ciudades azules
y yo andaba en tus labios
como un trozo de abril que a media noche
se hospedara en el sol.
Yo quería ser aire y tu cometa,
yo cometa y tú aire,
pero siempre
nos pesaban las venas demasiado,
siempre estábamos presos del mármol de los zócalos
y el cielo terminaba en la cornisa
de arena de tus párpados.
Aquí, en este país, no se respiran
vientos de porcelana
ni se encienden a mano las estrellas,
aquí silban los álamos
cada vez que peligra la luz de las palomas.
Dime,
si no es posible amar fuera del tiempo
y el tiempo, como el mar, es invencible,
¿qué nos queda si han muerto esta mañana
antes de clarear
los ruiseñores?
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