miércoles, 27 de enero de 2010

Antes de que ocurrieras



Antes de que ocurrieras ¿dónde estabas,
bajo el largo latir de amaneceres blancos
descifrando las tumbas de mis muertos?
¿En dónde te ocultaste en ese tiempo
de sospechosas nubes,
en las horas
de los sucios billetes,
cuando el mar no era mar sino una ola
de puntos suspensivos?
Alguien debió decirte que el silencio eras tú,
que el viento en los balcones eras tú,
que el cendal transparente y el agua en los cristales eras tú,
alguien debió advertirte de que no era posible
nombrar la transparencia sin tus ojos
o sembrar de cometas los cielos del otoño.
Yo he visto gotear durante siglos la voz de las girándulas,
he visto descender por las paredes
tu humedad femenina
como pérgolas
sobornando a los pájaros,
de qué te voy a hablar si estoy cansado
de acrobacias y trajes sucesivos,
cansado de intentar ser idéntico a mí mismo,
siempre provisional, como el pecado
que no alcanza a la pila del bautismo,
qué te voy a decir si no me queda
más piel que desnudar ni tengo tiempo
de volverme a morir para decírtelo.
Eran galgos las calles y muy largas
las sombras de los chopos,
era un nueve de enero
y ocurriste.


120/S


1 comentario:

  1. Grandioso poema, ¡como extraño los años de p. pura , gracias por tanto que nos has regalado maestro Vicente

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