Amo a los elefantes
como amo a mi ciudad o como amo
al planeta en que vivo.
Es cuestión de principios, a las cosas
se las quiere o detesta según las cicatrices
que se advierta en sus ojos..
Me molesta tan sólo
que crucen mi jardín a media tarde
y atropellen las flores.
Ahora entiendo por qué las zapatillas que usó Madre Teresa
tenían forma de cáncer,
les faltaba
perspectiva de liebre y no eran aptas
para hablar de violencias o hacer marchas
con monjas de clausura.
Quiero pensar que a ella le gustaban también los elefantes
y quizás no estuviera
muy de acuerdo conmigo y le importaran
un pimiento las flores.
Poesía Pura
11 04 10
Llego una vez más a releer tus versos Vicente, en Poesia Pura lo hacía a diario, a pesar del cierre del foro y que tú te elevaste a recitarlos al cielo, llego porque eramos una familia y siempre te recuerdo maestro
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