sábado, 27 de enero de 2018

Si el tiempo no ejerciera como tiempo




Si el tiempo no ejerciera como tiempo
y al cabo de estos años que he vivido
se me diera a elegir
ser piedra,
río,
pájaro,
palmera,
o ser otra vez, de nuevo yo,
éste mismo que escribe
por ahorrarse dinero en psiquiatras,
si pudiera elegir ¿de qué pensáis
que querría nacer?
Si decido ser piedra,
y el orden que gobierna los planetas
padeciera metástasis de piedra,
tuviera voz y alma y luz de piedra...
¿sería una locura
vivir la infancia eterna que disfruta
con corazón de niño cada piedra?
O si digo ser río, y aún quedaran
colgadas en el aire transparencias
capaces de habitarme
o quedaran amantes que no han puesto
su nombre en la corteza de los chopos...,
si escogiera ser pájaro o palmera...
y hacer de las arenas del desierto
un oasis más fresco,
la playa más inmensa...,
si me nacieran río,
si me nacieran pájaro o palmera,
¿me llamaríais chiflado? Tal vez no.
Pero no será así
volvería a ser yo, éste que lleva 
mariposas azules en la sangre
y camina descalzo entre la lluvia,
éste que esconde
pentagramas de asombro en las pupilas
y es piedra, río, pájaro o palmera
cada vez que enmudecen las palabras
y sólo se pronuncian
con la voz temblorosa del silencio.

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