jueves, 26 de julio de 2012

Si de estrenar el mundo se tratara

Si de estrenar el mundo se tratara
un instante después de ser fundado,
un mundo recién hecho,
recienoliendo a Dios y a lluvianueva,
si de estrenar el mundo se tratara
y habitarlo de nuevo, con los ríos
las montañas, los valles y collados,
dimensionando el tiempo, la precisa
duración de los días y las noches
y tener que inventarse cada nombre:
vosotros seréis pájaros, a ti
te llamaré amapola y a ti árbol
(o mejor: eucalipto, adelfa, sauce
acacia, pino, cedro,
palmera, roble, chopo, paraíso),
a ti te diré luna y a ti sol,
a vosotros estrellas y a ti cielo…
¿Te imaginas? ¡Por mí se quedarían
sin nombre tantas cosas…!
Sin nombre la avaricia,
sin nombre la miseria,
sin nombre la aflicción y la tristeza,
sin nombre la venganza,
sin nombre los ejércitos, las guerras,
sin nombre los políticos,
sin nombre los que pisan los trigales,
sin nombre los que azuzan al cartero
los perros desbocados.
Y nada sería igual, ni las mañanas
con prisas en los ojos de los niños,
ni el sabor a nostalgia de los tilos,
ni el color a vergüenza en las mejillas
después del primer beso.
Jamás tendrían dueño los océanos
y el río no saldría de su cauce,
los hijos de los negros serían blancos,
los hijos de los blancos serían negros
y nosotros,
daltónicos completos.
Si de estrenar el mundo se tratara
un instante después de ser creado
-yo escribí en el envés de los nenúfares,
borracho de mil lunas,
las notas para un coro de violines-,
vivir no sería un sueño, ni soñar,
oficio de poetas trasnochados.


Antología-43

No hay comentarios:

Publicar un comentario