viernes, 1 de octubre de 2010

EL CREDO DE LOS HALCONES MARINOS

Creo en las propiedades del agua mineral y en la bondad
de un clérigo en ayunas,
creo en la tolerancia de los accionistas de Tabacalera y el rigor
con que afila las tardes un reloj de bolsillo,

creo en la ineficacia de la falsa modestia y en la infancia prestada
de los vinos baratos,
en los largos poemas a la luz del carburo
cuando abril era enero,
y en la amabilidad de las luces de los aeropuertos

creo en la influencia de los días impares sobre las incubadoras,
en la misericordia de los telegrafistas
y en los radiopatrullas que asesinan con flúor a los ovnis,

creo en la vanidad de los budas de escayola
y en las flores del sábado que se regalan a las cajeras de los supermercados,
creo en los que se esfuerzan en conocer la realidad de las ocultaciones
y en los que amasan panes en la tabla de multiplicar,

creo en la pubertad de las corbatas de seda,
en la modestia del polvo de los fuegos artificiales,
en la felicidad de los peces de colores,
en la estela que pintan las aves migratorias,
en el güisqui que toman los mecanógrafos,
en la fatalidad de las montañas sin pájaros,
en los hijos albinos,
en el huevo escaldado
y en la madres que ponen ensaladilla rusa los domingos.

Poesía Pura
01 10 10

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