¿Y tú eres la que dices que no cantan los pájaros?

¿Y tú eres la que dices que no cantan los pájaros?
Entonces ya te habrás olvidado de los días azules y de cómo
se abotona una blusa, te habrás puesto
la ropa de los héroes y la música
que revive las viejas epopeyas,
seguro que es así
porque no entiendo,
chavala de la foto,
que después de un relámpago no te escuezan los ojos,
que reduzcas el tiempo a estos granos de arena que son sólo
ateridos fragmentos de agotadas estatuas.
¿Que no cantan pájaros?
¿Acaso tú te arrogas el derecho a esculpir las orfandades de nadie,
a romper los jarrones de flores dibujadas a mano
o esconder a una orilla del mundo los que fueran,
quién sabe, los restos de una nave?
Los muertos que tú dices sólo existen de espaldas,
son cadencias impuras que perdieron los dígitos
de su peso específico,
los muertos que tú dices son de segunda mano.
Desde el bosque
me llegan las voces de los hijos a solas con sus madres,
llegarán a tu casa,
quizás
hayas plantado un árbol de limones amargos
y verás
que se llenan sus ramas de fragancias y mirlos.

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