Hay cosas que me exceden

Hay cosas que me exceden, me producen alergia,
me nihilizan:
siempre me he preguntado, por ejemplo,
por qué son tan voraces los gusanos
y no engordan
o en qué parte del mundo o de Vallecas
se podría encontrar a una mujer que no llevara
la etiqueta en las ingles

y hablando de mujeres las conozco que dictan gramáticas de luna,
de ojos grandes y azules como lagos de Escocia,
las percibo princesas y sirvientas de Hitchcock,
con uñas en los pechos y lunares
en medio de la espalda,
las he visto en riada
y en zigzag
y me dicen de algunas que presumen de cientos
de orgasmos por minuto

debo ser un idiota y cada vez es mayor la cantidad
de sandeces que ignoro,
no entiendo
por qué dicen lujuria a esta manera de amar en la que sólo se cuentan
las mentiras no dichas
ni sé
por qué sigo aferrado a esa maldita costumbre
de morir a diario y volver a nacer cuando la muerte
no entiende de algoritmos ni se deja inducir
por palabras esdrújulas

lo curioso
es que sigo pensando que hubo muchos que fuimos bautizados
con el agua de un grifo y eso explica
el olor a pescado.

 Poesía Pura, 17 08 11