No me importa si el aire
tiene manos de añil,
roza tus pechos
y el sol es un paisaje de luz en la azotea
amarte es otra cosa
no me temo
que el reloj dé la hora y me sorprenda
Navidad en abril,
que los trenes se vuelvan puntuales
y a las dos sean las tres
amarte es otra cosa
ni que el cielo de invierno sea sólo ceniza
ni que hierva la sangre en las arterias
ni que el hielo amordace nuestros labios
porque amarte será siempre otra cosa.
Poesía Pura, 13 07 11 y 22 07 11
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