Hay veces
que tocas con tus manos el cielo y no lo sabes,
que abrazas a los seres más extraños y es que abrazas
a un Dios multiplicado,
como ocurre también que vas de paso,
saludas a la gente y no reparas
que saludas a un muerto.
Estás acostumbrándote
y no es eso
a quedarte en las meras apariencias y a creerte
los juegos del lenguaje
pero ocurre
que el ser y el parecer no se conjugan
con verbos regulares,
lo que es siempre estuvo y por que fue
no permite metáforas.
Por eso tú confundes lo que cabe en el tiempo de tus ojos
con certezas tangibles
y no es eso, te engañas
cuando piensas que el cielo, por ejemplo, está más lejos de ti
que el río en que te bañas.
Poesía Pura
05 05 11
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