viernes, 15 de abril de 2011

Yo no sé si recuerdas

Yo no sé si recuerdas
cuando el mundo acababa unos centímetros
más allá de los árboles
y empezaba la música a ser música entre miles
de postes telefónicos,
no sé si eres la misma quietud en que habitaba
un dolor de naranjas y un solsticio de invierno
ceñido a tu cintura,
quizás todo ha cambiado y nunca llegue
una mano de mimbre a abarcar de un solo abrazo el universo.
Pero entonces teníamos la edad de los narcisos
y el peso de la bruma,
tú llevabas,
¿recuerdas?
llevabas la mirada siempre llena de barcos
y cigüeñas tahitianas invernando en los pechos,
eras como de junco,
casi alambre,
como abeja cosida a la enagua de un paisaje
de postales noruegas,
todo en ti
era un huerto de frutas tempranísimas
un marjal de aguas limpias donde llega la sed del argonauta
como un pez asustado entre los muslos.
Y era fácil mentirse en el verde de tus ojos
un mundo sin termitas,
un claustro con columnas de Bramante,
era fácil amarte y yo te amé,
yo colgué mis jardines al sol de tus caderas.

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