Perdóname que ahora
no te ofrezca un jardín lleno de brotes
perdóname si nunca
te he sabido encontrar lo que querías,
pero ya no es momento de buenas intenciones
y el tiempo me ha atrapado dando vueltas a un cielo en que los astros
van en ropa interior
perdóname,
tal vez haya un lugar donde maduren los ciruelos en junio
y cabalguen de nuevo los caballos,
tal vez haya un pinzón o una abubilla que salte entre las hayas y recuerde
cómo eran tus trenzas,
cómo ardían
en el hielo mis manos
pero tengo prohibidas las promesas y el paisaje
cada vez es más lejos,
vengo, sí
con todo cuanto queda de mí y con este cuerpo
grasiento de avatares,
vengo
con un libro de horas bajo el brazo por si fuera posible
refundar los lugares, intentar
un nuevo recorrido y no quedarnos
así,
como ciudades
colgadas de una lágrima.
Poesía Pura
08 04 11
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