que la vida es un trámite,
no más que una partida de ajedrez que nunca acaba en tablas,
desde que sé que amar es como un flujo
de labios y distancias, que nacer y morir
son palabras distintas porque a alguien
se le ocurrió escribirlas al revés,
desde que sé,
también, de amputaciones y ortopedias
que son inaplazables...,
llevo siempre un proyecto de muerte en el bolsillo,
como llevo unos versos, como llevo el retrato de mi madre.
No quiero acumular frente a mi puerta
silencios acolchados, me exaspera
la gente que no sabe
que los días impares son países
sin parques y sin pájaros
son tierra de barbecho,
son distancias de nadie.
Por eso y porque quiero saber a cuántos metros
de oscuridad entierro mis vacíos
llevo cuenta de todo,
llevo cuenta del humo y de la cera,
del pábilo que tiembla y de la llama,
de las horas que son como preguntas larguísimas
y las noches que pasan como andenes del metro
supurando rameras y mendigos.
Llevo cuenta de todas las riberas
que me fueron dejando sin orillas,
de todos los exilios,
de todos los destierros que me impuse a mí mismo
para adquirir visado de extranjero,
y, así, no tener nada
ni un amante, ni un préstamo,
ni siquiera una patria, y que el mar y la tierra se confundan
lo mismo que un pardal y un gorrión.
Os he dicho que llevo en el bolsillo
mi proyecto de muerte,
que voy cumpliendo etapas,
que voy dejando avíos y aparejos
como estaba previsto, cada cosa
a su debido tiempo.
Y al final del trayecto
daré un cóctel de lejanas acacias
y de islas...
Poemario
"Soliloquios en gris"(2007)
PREMIO VI
CERTAMEN DE POESÍA IBEROAMERICANA VÍCTOR JARA
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