piedra a la piedra,
alguna vez
se sentirán desnudos
los olvidos prestados,
los días no leídos,
y vendrán las hormigas, imágenes de un cuerpo
que lleva el mundo entero a sus espaldas,
a devorar las horas que nos quedan.
Al fin y al cabo, el tiempo
ya dejó sus anillos de sombra en los tejados
tras el último vuelo de cigüeña,
y cada noche
que anide en las palabras nunca dichas
será sangre de arroyos que no fueron
gorjeo de zorzales
ni aviso de frescura en la alameda.
¿Por qué pisar entonces las hojas del otoño
si el viento las anima?
Esperaré en la niebla
al alba de la muerte que hicieron nuestros labios
a escondidas del mar, en la ensenada
urdida de los sueños.
Te esperaré desnudo,
sin la voz,
con el vestido
que le robé a la infancia
cuando el agua era espejo que nunca reflejaba
los aleros hirientes del olvido.
Y tú vendrás,
seguro que vendrás, novia del alba,
llegarás con la risa que no abrió
su cauce a las estrellas, llegarás
de malva engalanada, dibujando
violines imposibles
y arroyos de zorzales embriagados.
Vicente Martín MartínDe "Soliloquios en gris"PREMIO VI CERTAMEN DE POESÍA
LATINOAMERICANA VÍCTOR JARA
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