Quise ser cosmonauta,
atravesar a nado las distancias del caos y olvidar
la horrible esclavitud del calendario,
quise ser el abismo en que pudiera enterrarse
la orfandad de los pechos,
quise ser fabricante de rostros de cereza,
violinista,
vendedor de caricias sordomudas.
Como no fue posible
decidí ser poeta.
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