No me culpes, chavala, se me antoja
que la vida es muy bella y tú no tienes la exclusiva de nada,
tú no tienes la gracia de los peces ni el don por qué suspiras,
¿acaso te he ofrecido unas flores
que nadie ha olido antes?,
simplemente
te encontré a la hora exacta en que partían los barcos
y llegaban los ómnibus atestados de horteras,
no vayas a pensar que porque dije “tengo sueños oníricos
y una hoguera en el vientre” ibas a ser
única e indispensable y mucho menos aún
que al llegar a otro puerto no me fuera a perder por los garitos más sórdidos
y a pisar las tabernas de siempre.
Y eso es lo que ha ocurrido,
eres libre otra vez,
al fin y al cabo
no fui más que un turista que pagó tus desvelos
comportándose igual que un empleado de las clases pasivas
que no aspira a un ascenso.
No te voy a afligir con frasecitas obscenas diciéndote “lo siento,
fue un error,
perdóname si puedes”, tú conoces
mi condición de amante y cuando quedes a solas con tu cuerpo
me extrañarás acaso,
maldecirás tal vez tu vientre ingrávido mirándote al espejo
y entenderás al fin que eres tan sólo
esa muchacha loca con los pechos más locos y el corazón más grande
con quien viví el más bello de los sueños,
pero sólo fue un sueño.
Poesía Pura, 01 05 10
que la vida es muy bella y tú no tienes la exclusiva de nada,
tú no tienes la gracia de los peces ni el don por qué suspiras,
¿acaso te he ofrecido unas flores
que nadie ha olido antes?,
simplemente
te encontré a la hora exacta en que partían los barcos
y llegaban los ómnibus atestados de horteras,
no vayas a pensar que porque dije “tengo sueños oníricos
y una hoguera en el vientre” ibas a ser
única e indispensable y mucho menos aún
que al llegar a otro puerto no me fuera a perder por los garitos más sórdidos
y a pisar las tabernas de siempre.
Y eso es lo que ha ocurrido,
eres libre otra vez,
al fin y al cabo
no fui más que un turista que pagó tus desvelos
comportándose igual que un empleado de las clases pasivas
que no aspira a un ascenso.
No te voy a afligir con frasecitas obscenas diciéndote “lo siento,
fue un error,
perdóname si puedes”, tú conoces
mi condición de amante y cuando quedes a solas con tu cuerpo
me extrañarás acaso,
maldecirás tal vez tu vientre ingrávido mirándote al espejo
y entenderás al fin que eres tan sólo
esa muchacha loca con los pechos más locos y el corazón más grande
con quien viví el más bello de los sueños,
pero sólo fue un sueño.
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