sábado, 20 de febrero de 2010

No hay tiempo para ensayos...

No hay tiempo para ensayos, lo que piensas
y así como lo piensas
ocurre desclavándote
lo mismo que acontece una luz que se suicida
y baja lentamente
señalando
millones y millones de muertes ilegales.
Es tan corta la vida y se suceden las noches tan deprisa
que a menudo nos vemos obligados
a vivir como un niño pegado al día siguiente,
como el ojo de un ciego coagulándose,
casi a punto de ser,
improvisándonos.
Siempre hay alguien
que ha sentido crecer tan veloces sus manos
que tiene que inventarse una alegría
y escribir a sus hijos una carta en papel de despedida
mientras busca un recuerdo que pueda sostenerse
o se abraza a una risa jubilada
que desee, por fin,
espesarse de nuevo entre sus labios.


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