miércoles, 27 de enero de 2010

Ya sé que no comprendes estas cosas...

Ya sé que no comprendes estas cosas
que suceden sin ti, como no sabes
de las muertes que ocurren por segundo
ni del día que es hoy,
diez de noviembre
y está luciendo el sol.
Nadie puede evitar lo inevitable,
simplemente acontece y es posible
que después de este verso se desplome
un suspiro en peligro de extinción
o vuelen por los aires las leyendas
de una página en blanco.
Quizás el calendario nunca pudo
poner punto y aparte
y ahora estemos
escribiendo el pasado, preguntándonos
quiénes son estos huérfanos que bailan
con metralla en el pecho
y estas manchas de luz sobre las puertas
y estos buitres segando el mediodía
o qué son estos grumos de sangre en la corbata.

Ya sé que tú no entiendes de estas cosas,
que recuerdas la lluvia amontonada
y los carros de fresas,
que aún te pesan las piernas en las noches de junio
y hay un niño
que pregunta por ti desde otra infancia.

¿Por qué voy a contarte a cuántas lágrimas
tocamos por minuto?

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