Los muertos han tomado la calle y sin embargo
por los puentes colgantes baja el día,
albañiles honrados, vendedores
de prensa, carpinteros
de atrios y zaguanes,
por los grifos abiertos van poblándose
de grullas los maizales.
¿Quién se sabe de luz como una acacia
fundida entre la nieve?
Aquí me deshabito y soy un bosque
vagando por las calles,
me detengo
delante de un murmullo rodeado
de chopos cartesianos.
Aquí
sobre el último puente de un verano
de infancias descolgadas
dejo a solas mis ojos
y me apeo
a un paso justamente de la nada.
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