Ten,
aquí guardo las horas que no pude escribir en mi reloj de pulsera,aquí están las mañanas de los gozos infértiles,
las palabras encinta,
los versos sin rencor
y las flores que pude alcanzar sin pisar tierra,
todo ello sin nombre y para ti.
Atrás dejé los sueños en trozos diminutos y las cuencas
de las agua salobres,
siempre estuve acuciado por profetas menores y sangrías de pájaros,
siempre estuve bailando en los burdeles con resinas apaches
y llevaba las ropas de un faquir con bigotes
y al final
nunca tuve una madre,
nunca pude encontrar una ternura en las mesillas de noche
y el viento era más denso, cada día más ácido,
las paredes más altas,
la luz
más enseñada a vivir en los arcones.
Si te traigo estas cosas que a los ojos del mundo
sólo son nimiedades,
tómalas:
no sé si más allá de las nubes existe un paraíso,
si arrasados los bosques funcionan los teléfonos,
no lo sé y no me importa,
solo quiero que sepas
que estas flores hoy secas, las mañanas infértiles, las palabras encinta
y estos versos sin nombre
los guardé para ti.
Poesía Pura 7-6-10
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De ve en cuando suelo entrar recordando al maestro y dejar mi comentario en un saludo al cielo
ResponderEliminarSoy un antiguo alumno suyo. ¿Hay alguna manera de saber dónde está enterrado? Quisiera poder visitarle...
ResponderEliminarMuchas gracias.