Yo
que
no tengo padrinos y hace tiempo
crucé
sin enterarme la mitad de la vida,
yo,
que
me canto canciones y me visto de iguana
para
espantar el miedo,
dime
¿qué pinto aquí,
qué
busco
con
tanta languidez a mis espaldas
alargando
mis brazos al sol, como si fuera
un
surtidor de abejas?
Estoy
hecho de vientos y huracanes
y
no alcanzan mis ojos
más
allá de la lluvia, desconozco
las
veces que me he muerto o he alquilado
al
sueño una agonía
sin
embargo tu nombre
comenzó
a ser un árbol,
pero
nunca
me
llegó a dar su sombra
¿cómo
puedo decir que cuando siembro
rosales
para ti sangran mis dedos,
si
yo no te conozco?
No hay comentarios:
Publicar un comentario