jueves, 26 de julio de 2012

El día que lleguéis hasta mi casa

El día que lleguéis hasta mi casa
os estaré esperando.
No va a importar la fecha ni la hora
que señale el reloj, porque no tengo
reloj ni calendario:
tendré dispuesto el vino de la última cosecha,
una hogaza de pan recién cocido
y encendida la encina en el hogar.
Compartiréis conmigo todo el gozo
de una casa hecha a mano,
soñada y diseñada con la manos,
labrada y amasada con las manos,
con el alma radiante entre las manos,
mis manos en la arcilla,
mis manos en la sal,
mis manos en el agua y en los árboles,
mis manos sobre el fuego,
mis manos sobre el trigo candeal
y las uvas garnachas que me dieron
este pan
y este vino
que es todo cuanto hoy puedo ofreceros.

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