jueves, 26 de julio de 2012

De pronto te das cuenta de que has vivido tanto



De pronto te das cuenta de que has vivido tanto
que te duele la vida, te das cuenta
de haber querido tanto, de haberte dado tanto
que has gastado el amor. Y es entonces
cuando ves que el paisaje ya no importa,
que los días no pesan, que te estorba
el reloj de pulsera en la muñeca
y quieres asestarle cuchilladas
al aire que te ignora y a la sombra
que camina estorbándote a tu lado
Ahora es cuando sabes de qué color se tiñen
los ojos de los niños cuando mueren,
ahora es cuando sabes cuánto cuesta
regalar una lágrima
o pedir a destiempo una sonrisa,
conoces que no corre el manantial
si no durmió la nieve en el albero,
que nunca hay alamedas si no hay pájaros,
que en la mesa no hay pan si no hay un padre
que bendiga el sudor de los barbechos.
Hoy puedes recitar versos pasados
que a nadie le leíste, madrigales
que fueron enfermando como enferman
las manos de no usarlas y te dices
que no, que no pudiste
escuchar tantos grillos, que no es cierto
que alguna vez tuvieras quince años.
Te parece imposible haber tenido
tanta mies en tus campos, tanto vino
exultando en las tardes, tanta lluvia
esperando el milagro de la carne.


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