jueves, 22 de marzo de 2012

Sé que me estoy muriendo


Sé que me estoy muriendo, que me muero
como tiene que ser, a plazos cortos,
a horizontes inmensos, con el alma
repleta de paisajes y en las torres,
esperándome, el viento.
Me voy muriendo a créditos, me mueren
las vendimias que endulzan cada otoño
y el pomar que ilumina cada invierno,
me mueren los trigales que se inmolan
al sol cada verano, los cerezos
y la flor del almendro que recitan
aleluyas en marzo. Poco a poco
me quedo en cada beso, en cada abrazo,
me voy quedando a trozos cuando río,
a trozos, mientras duermo, cuando digo
te quiero, cuando sueño
tus caderas de mimbre y te deseo,
a ti, sin conocerte, toda hiedra,
toda fuente silvestre, toda mar,
sin nombrarte siquiera,
sin saberte virtud, pecado o vicio
porque habitas, intacta,
más allá de esta muerte, en la palabra.
Pero escucho a la vida cómo viene
avivando los días, cómo empuja
la razón de la sangre
y sé bien, carpintero, que del árbol
del que hicisteis mi cuna,
algún día
cortareis la madera de mi féretro,
como sé que estos versos que ahora escribo
esta noche de abril serán mañana
papel en mi escritorio
-quizás también papel que fabricaron
del árbol que tú sabes, carpintero-.
Sé también que vivir es ir dejándose
la piel en cada envite, que vivir
es gastar el amor de tanto usarlo
y comprobar, al fin, que se ha llegado,
de pie, los ojos altos,
a la hora precisa sin apremios,
con los bolsillos rotos, con las manos
de par en par abiertas, como siempre
han vivido, se han muerto
y morirán los hombres de mi tierra.

.http://skaramandra.es/033vmartin.htm

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