jueves, 11 de agosto de 2011

Quienes hemos crecido en un terreno de abrojos

Quienes hemos crecido en un terreno de abrojos y al calor
de una casa hecha a mano
y hemos visto
colmenas devastadas en el aire de agosto

quienes hemos llegado a confundir los desahucios
con pequeños cadáveres
y un temblor en las últimas ramas de un olivo
con el vuelo de un pájaro

a nosotros,
no nos pueden pedir que renunciemos a nuestra intimidad y nos bañemos
en ingenios portátiles,
de nosotros
nadie va a conseguir que desertemos de nuestra convicciones
o que hagamos
de un recuerdo de ayer una farándula

a nosotros
nos podréis conocer por la manera de segar las ortigas,
por la forma de huir una sonrisa,
por tender una mano cuando quema la escarcha,
por hacer de las islas un diptongo

nuestros hijos
tal vez mueran de cáncer o de motocicleta,
callarán en polaco y gritarán japonés,
tal vez puedan
huir de una tristeza con brebajes legítimos
y enfriarla en un tupper,
algunos
llegarán a arzobispos y hablarán de un maná sietemesino,
o serán trotamundos,
alfareros del cobre u oradores ventrílocuos

son fruta
madurada en veranos de larguísimas
tormentas invernales,
pero en cambio

nadie va a arrebatarnos el orgullo
de sabernos sus padres.

 Poesía Pura, 11 08 11

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