jueves, 16 de junio de 2011

En todos los hoteles de lujo que conozco



En todos los hoteles de lujo que conozco
hay un árbol,
una fuente suicida
y una bruja que hechiza el corazón de las parejas de novios.

Y es inútil que busques paradores, hosterías o albergues donde tengan
secretarias bilingües,
policías,
conserjes,
músicos callejeros y madonnas caucásicas,
las ciudades de ahora se construyen en desvanes de lujo
y las gentes no pisan en los cines de barrio

prefieren
alquilar taquilleras que les cuenten
romances kilométricos
a sufrir autopistas que están llenas de olivos y semáforos.

No sé si me entendéis,
lo que quise decir es que aborrezco el estilo
de los muebles parchís y ratas viejas

lo que quiero decir es que estoy harto de horarios laborales,
de tostadas hervidas y sirvientes
en traje de pijama

lo que quiero decir es que me acuesto a las nueve,
nunca piso un hotel
y cuando quiero
me suicido cortándome con un verso las venas.

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Poesía Pura,  16 06 11
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