jueves, 25 de noviembre de 2010

Si ser poeta fuera

Si ser poeta fuera
tomar té con galletas junto a damas de buen ver todavía,
carecer de conducta sexual y recitarle
poemas a los ojos de una chica,

si ser poeta fuera
mendigar ante críticos, hablar de amor y guerra sin haber
estado nunca preso
o probar la paciencia de un público fanático
pues no,
jamás sería poeta.

Pero si ser poeta significa vivir a cielo raso
rodeado de putas y cabrones,
huir de conferencias
rechazar entrevistas,
sofocar los incendios con un beso académico
y enhebrar las agujas siempre a oscuras,

si ser poeta obliga
a bañarse en el río en que desaguan todos los colectores,
a hacer pis y expeler como lo hace la gente más sencilla,
a armarse de paciencia con un viejo y vocearle al psicólogo aburrido,
decirse y desdecirse,
escuchar de rodillas los mensajes anónimos
y no hacerse invisible cuando llega la lluvia
en ese caso sí
seré poeta.

Y si hacer un poema fuera entrar por el ojo de una aguja,
yo, que crecí con jorobas de camello,
soy poeta.


Poesía Pura, 25 11 10
Poemas  del  Alma, 26 10 10

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