martes, 11 de enero de 2011

En mi casa jamás existió un gato llamado Julio César

En mi casa
jamás existió un gato llamado Julio César,
primero
porque la esclavitud fue desterrada
y un animal doméstico es un ángel
sin alas y los ojos
cosidos con candados
y en segundo lugar porque de haberlo tenido
le hubiera bautizado con el nombre de pila
de alguno de esos memos
que salen en la tele
y por supuesto
después de disculparme expresamente con el mundo
mundial de los felinos.
Además
como todos sabéis vivo en un quinto
y estoy hasta los mismos de subir escaleras
¿de qué me iba servir
llegar cansado,
tirarme en el sofá y que un minino
pasara sus bigotes por mis ingles tratando de contarme
de cuantos roedores me ha salvado?
Considero a los gatos mucho más ingeniosos
que cualquiera
de esos analfabetos que empalagan la noche
con sus babas lascivas.


Poemas del Alma,10 01 11
Poesía Pura,  11 01 11

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