miércoles, 20 de enero de 2010

Hay veces-que te quedas mirando



Hay veces

que te quedas mirando fijamente una cosa,
por ejemplo, la llama de una vela,
las vetas de un tablón,
una baldosa,
y de pronto te encuentras una cara,
un rostro conocido que te mira,
el perfil de una flor,
casi una mano,
un cuadro surrealista.
De forma similar, cuando me quedo
observando la foto de mi infancia
ocurre que aquel niño, de repente, es un hombre
que crece tan deprisa,
tan despiadamente que al instante
es un viernes de canas
y la piel se le agrieta y se le llenan
los labios de impiedad mientras me mira
primero sin nariz, luego sin boca,
sin garganta, sin luz entre los dedos,
obscuramente ciego,
un hombre del tamaño de mis lágrimas.

095

No hay comentarios:

Publicar un comentario