Eres verdad a medias

Eres verdad a medias
y por eso te duele siempre algo
y por eso se te irritan los ojos cuando miras a un pájaro
desde la oscuridad,
por eso se te encienden los labios cuando tocan la nieve,
virtud también a medias,
maldad a medias
y por ello no sabes a qué altura del limbo se entrecruzan
las palomas que van al paraíso.
Y por ello sonríes y tu risa no es risa
y te pones los guantes pero no tienes manos
y te vistes de traje de oficina pero sigues desnudo
y persigues con saña a los poetas burgueses cuando tú eres
el burgués más estricto.
Por ser tibio, se dijo, te vomitaré de mi boca,
cancelaré tu nombre y no habrá puerto ni rada en que fondeen tus barcos,
por ser tibio además
ni eres noche ni día, ni eres piedra ni lluvia,
ni estás fuera ni adentro,
ni eres cúspide dócil ni glaciar insumiso,
ni domingo ni miércoles,
ni profeta ni arúspice,
te pareces
al granuja que vende sandías en los pasos de cebra
o el imbécil que obsequia mantillas de boda al coronel de la infancia.

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